Como una hormiga

Hoy vi todo desde abajo, me acosté y desde abajo mire el cielo, las nubes en menos de segundos cambiaron su recorrido, su color, su estilo, las hojas esas grandes del jardín no dejaban de moverse aun cuando no había viento, había una ramita que estaba por caerse. Desde abajo, todo es más grande, casi enorme, el cielo es más imponente, tan cambiante y despampanante. Desde abajo, uno ve las cosas distintas, con menos complicaciones pero más imponencia.  Desde abajo, todo cambia. Hoy jugué a ser una hormiga, y fue una experiencia maravillosa, ¿Ellas se detendrán a ver lo que vi? Si lo hacen, su mundo debe ser más hermoso, porque desde abajo, les confieso, la vista es indescriptible, uno pasa más desapercibido y así tiene tiempo de apreciar esos momentos, como los segundos que me regalo el cielo, con sus nubes, sus tonos y su simpleza.